El PET Político en México y el Medioambiente

El PET reciclado se refiere a los Políticos Estafadores y Tramposos (PET) que han pasado por un proceso de reciclaje para ser reutilizados en las filas de varios partidos políticos, no importando la ideología.

 El PET es un tipo de político comúnmente utilizado para hacer trampa en procesos electorales y para capacitar a otros políticos en los procesos de corrupción, malversación de recursos y otras artimañas “legales” para utilizar los cargos públicos y lucrar con el erario público.

El proceso de reciclaje del PET generalmente sigue estos pasos:

Recopilación: Se recogen políticos quemados y residuales para incorporarlos al proceso de reciclaje.

Clasificación: Se clasifican los políticos recolectados separando los PET de otros tipos de políticos (ejemplo: Novatos, ingenuos, etc.).

Limpieza: Se limpian y purifican los PET, eliminándoles cualquier residuo ideológico o dogmas de fe de otros partidos.

Trituración: Los PET ya “purificados” se trituran en pequeños trozos de mañoserías llamadas escamas políticas.

Fundición: Las escamas políticas de los PET se funden y se extruyen para formar láminas o gránulos de pureza.

Fabricación: Estos gránulos o láminas de pureza de los PET reciclados se utilizan en la fabricación de nuevos políticos, como matraqueros, paleros, pastores políticos, merolicos, golpeadores y otros “atributos”.

El uso de los PET reciclados también pueden contribuir a la sostenibilidad de la corrupción e impunidad y en la polución del medioambiente político.

Analizando lo antes mencionado, se hace necesario plantearnos la siguiente pregunta:

¿Cómo abatir o erradicar los PET del medio ambiente político mexicano?

Para dar respuesta a este cuestionamiento, es necesario comentar que quienes elaboran los PET son las fábricas denominadas PAPOCO´S (Partidos Políticos Corruptos), los cuales reciben prerrogativas con dinero de los mexicanos.

En las leyes actuales se establecieron los criterios para distribuir el dinero entre los PAPOCO´S y para cambiarlas se requiere modificar la Ley Electoral actual y esto solo sucederá si en el congreso de la unión, las tres cuartas partes del total de los diputados deciden hacerlo, lo cual es un poco menos que imposible, ya que al hacerlo sería como darse un tiro de gracia en la cabeza.

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos cuenta con un total de 136 artículos y 19 transitorios, de los cuales el artículo 39 constitucional habla respecto a que «La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.»

Este artículo destaca que la soberanía nacional reside en el pueblo y que todo poder público emana de él. Además, reconoce explícitamente el derecho del pueblo a alterar o modificar la forma de su gobierno. Este derecho implica la posibilidad de participar en procesos democráticos, como elecciones y referendos, para influir en la toma de decisiones y en la modificación de leyes o la propia Constitución.

Sin embargo, el sistema político mexicano en las condiciones actuales NO permite llevar a cabo la aplicación de este artículo en su totalidad, ya que los ciudadanos somos rehenes de los partidos políticos a través de los candidatos a puestos populares que ellos mismos seleccionan y que cuando ocupan un cargo público, solo obedecen órdenes y lineamientos de los dirigentes (“dueños de los partidos”) y de los poderes fácticos.

Hay que recordar que el Congreso de la Unión está constituido por la Cámara de Diputados compuesta por un total de 500 diputados, de los cuales 300 son de mayoría relativa (votados por los ciudadanos) y 200 son de representación proporcional denominados Plurinominales (No votados directamente por los ciudadanos) y por la Cámara de Senadores que está integrada por 128 senadores, de los cuales 64 de ellos electos por el principio de mayoría relativa, 32 por el principio de primera minoría y 32 por la el principio de representación proporcional, mediante una lista nacional, es decir, solo 64 son elegidos directamente a través del voto popular.

En conclusión, El Congreso de la Unión es un Oasis de poder y prerrogativas para 264 políticos (200 diputados y 64 senadores No elegidos directamente por los ciudadanos), entonces, la pregunta sería:

¿Deberemos seguir manteniendo a 264 congresistas que No elegimos directamente y que nunca hemos evaluado si su desempeño en sus cargos fue productivo y en favor de la ciudadanía?

Cabe mencionar que El Congreso de la Unión en México tiene como principal función representar los intereses de la población y ejercer el poder legislativo del país. Los objetivos específicos del Congreso de la Unión se encuentran enmarcados en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y abarcan varias responsabilidades y funciones. Entre los objetivos fundamentales del Congreso se encuentran:

Legislar: El Congreso tiene la responsabilidad de elaborar, discutir, aprobar y modificar las leyes que rigen el país. Esto incluye leyes federales, códigos, y reglamentaciones en diversos ámbitos.

Representar al Pueblo: Los senadores y diputados que integran el Congreso representan a la población mexicana. Deben velar por los intereses de sus electores y participar en la toma de decisiones que afectan a la nación.

Controlar al Ejecutivo, aprobar Tratados Internacionales, participar en Nombramientos, resolver Conflictos Electorales y promover el Debate Público a través de las sesiones legislativas, el Congreso fomenta el debate público sobre temas relevantes para la sociedad. Proporciona un espacio para discutir y abordar los asuntos más importantes para el país.

Del 2019 a la fecha, se han quedado sin aprobar gran cantidad de reformas constitucionales, sin importar su viabilidad en beneficio de los ciudadanos y sin tener debates con posturas objetivas, sino que la oposición ha declarado abiertamente que no pasaría ninguna reforma, ya que los partidos de oposición a través de sus legisladores declararon vetar todas las reformas que enviara el poder ejecutivo, es decir, sin importar el raciocinio y solo actuar con lo visceral.

Los partidos actuales no han cubierto las expectativas ciudadanas, por tanto, sin sesgo partidista, la pregunta sería:

¿Qué han hecho los legisladores en beneficio de los ciudadanos, si anteponen sus intereses políticos y personales o bien, por decreto de veto de lo que proponen sus adversarios políticos?

En conclusión, si el Congreso de la Unión como titular del poder legislativo, no realiza su trabajo en favor de los ciudadanos, seguirá siendo el BIG BROTHER de la política mexicana.

Ya no debemos permitir que tanto la cámara de diputados como la cámara de senadores sigan siendo un ring político donde se anteponen los intereses partidistas a los intereses ciudadanos. Debemos manifestarnos en las urnas y en las calles para cambiar la legislación en materia electoral para evitar que el cáncer ocasionado por los PAPOCO´s y los PET se convierta en metástasis y se declare la muerte cerebral del sistema político mexicano y propicie una nueva revolución en nuestro país, ya que No hay manera de erradicar la putrefacción, si los políticos de siempre y de todos los partidos, sigan decidiendo por nosotros los ciudadanos.

Por último, hay que recordar que para las elecciones 2024 se elegirán más 20 mil cargos de elección popular y serán llamadas a las urnas alrededor de 98 millones de mexicanas y mexicanos.

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