El sistema político mexicano en decadencia y crisis. Iniciamos el 2017, año correspondiente a la segunda década del tercer milenio en el que la tecnología ha revolucionado la vida del ser humano, desde cualquier ángulo que la miremos (en el ámbito social, económico, científico, cultural y político), en donde el mundo globalizado cambia rápidamente y las personas se encuentran cada vez más inmersas en el ajetreo diario y no tienen tiempo suficiente para reflexionar sobre su misión en la vida o bien si lo que están haciendo cotidianamente forma parte de su expectativa de vida.
Este comentario va directamente ligado al liderazgo mundial que se está teniendo, iniciando con las primeras potencias mundiales, como es el caso de los Estados Unidos de Norteamérica, quien marca la tendencia económica mundial y cuyo impacto se refleja rápidamente en el resto de los países y sobretodo en las personas.
Bajo estas condiciones, cada vez más los ricos son más ricos y los pobres son más pobres y la clase media que se encuentra a la mitad del “sándwich” se encamina hacia su extinción.
En lo concerniente a nuestro México -lleno de riqueza natural- no queda exento de esta problemática y que desde hace más de 70 años, ha sido saqueado por sus gobernantes, creado crisis y que sucesos históricos como la revolución mexicana, representaron una lucha del pueblo para el pueblo; No obstante ello, hemos vuelto a caer en el caciquismo y en el engrandecimiento del poder de los señores feudales y que hacen del sistema político mexicano, una herramienta poderosa para su enriquecimiento desmedido.
Hoy día, el sistema político mexicano –caduco y retrógrado-, ha tocado fondo y el pueblo en crisis y ya harto de la corrupción, de la demagogia, del abuso del poder y del beneficio dirigido solo a unos cuantos, ha comenzado a manifestarse con acciones de revueltas y con publicaciones en las redes sociales que –los medios tradicionales de comunicación- no dan a conocer o minimizan por estar comprados por el gobierno.
No necesitamos analizar a fondo las causas que han ocasionado la crisis política, social y económica en la que nos encontramos, ya que estas han sido muy evidentes: La corrupción, la impunidad y el abuso del poder que han generado desconfianza y falta de credibilidad de los tres órdenes de Gobierno -el ejecutivo, el legislativo y el judicial- y en los niveles -federal, estatal y municipal-.
¿Cómo enderezar el camino para estabilizar el país y dar bienestar a los mexicanos?
Este cuestionamiento nos lo hemos hecho la mayoría de los mexicanos y cada vez que se aproximan las elecciones, los partidos políticos y sus candidatos nos hacen creer que combatirán esta problemática y que ellos son los iluminados y que serán los caudillos del cambio y que convertirán la pobreza en riqueza, las piedras en pan, el hambre en abundancia, bla, bla, bla y con esta demagogia juegan con la ingenuidad de la gente, tomando sus argumentos como dogmas de fe.
Desde mi punto de vista como ciudadano común y corriente y sin afiliación política alguna y contando con grados de licenciatura y maestría y experiencia laboral, considero importante que como mexicanos, establezcamos propuestas de lineamientos que se deberán implementar para que la administración pública se adecue a ellos y el gobierno en sus tres órdenes de gobierno, se apeguen y actúen en base a ello.
Los lineamientos generales propuestos son los siguientes:
1º. La administración pública deberá manejarse como una empresa, en la cual, los accionistas y patrones sean los mexicanos; Pareciera burdo y torpe este aspecto, pero en la realidad los funcionarios y los partidos políticos son los patrones.
2º. Realizar modificaciones a la Ley, en la cual se refuercen o se establezcan sanciones ejemplares para funcionarios públicos que incurran en corrupción, dolo en la aplicación de la ley y beneficios personales; Dichas sanciones pueden ser cárcel de por vida sin libertad condicional, decomisar sus bienes y de sus familiares directos y prestanombres y vetarlos en participación política de por vida y mantener una supervisión continua en su caución.
3º. Abrogar privilegios o inmunizaciones a los funcionarios públicos como el fuero, bonos creados para su beneficio personal como apoyos o recompensas adicionales a sus salarios.
4º. Reducir el presupuesto que se les asigna a los partidos políticos.
5º. Eliminar el esquema de ´plurinominales´ en las cámaras de diputados y senadores.
6º. Regular los salarios de los funcionarios públicos y prestaciones, eliminando excesos.
7º. Establecer sistemas de administración, control, supervisión de los ingresos y del erario público, así como de los egresos y licitaciones de obras públicas.
8º. Penalizar contundentemente el nepotismo o favoritismo político.
9º. Realizar una revisión de la estructura organizacional de los organismos de gobierno, para evitar duplicidad de funciones y adecuarlas a las necesidades actuales.
10º. Crear un comité ciudadano de vigilancia administrativa, conformado por gente del pueblo, empresarios, catedráticos, etc. y cuya responsabilidad será la de alertar en casos presuntamente anómalos como desvíos económicos, colusión, etc., percibiendo un salario adecuado que le permita enfocarse de tiempo completo a esta labor. En caso de colusión de algún miembro del comité con funcionarios u otros, las sanciones serían las mismas que aplicarían para los funcionarios.
11º. Regular la relación del gobierno con los medios masivos de comunicación, Es decir, preservar la libertad de expresión y erradicar la *libertad de extorsión* que hacen los medios a las autoridades federales, estatales y municipales.
12º. Exigir informes periódicos del erario público y los pasivos (deudas) del país y un plan estratégico anual con objetivos claros, metas medibles y resultados esperados.
Posiblemente se me escape mencionar algún punto medular, pero al menos estos lineamientos pueden ser de utilidad para enriquecer y/o complementar la visión de las personas que estén leyendo este artículo.
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Consultor de empresas e instituciones
