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¿Qué esperamos los ciudadanos de los políticos en nuestro país?

¿Qué esperamos los ciudadanos de los políticos en nuestro país?

Tomando como base algunas encuestas de firmas dedicadas al escrutinio ciudadano, manifiestan que solo tres de cada diez ciudadanos, confían en la clase política, lo cual confirma la teoría de que en nuestro país, el Sistema Político pasa por una crisis crónica, cuyas causas principales son la corrupción y la impunidad que permea desde arriba hacia abajo; Esto se parece a un cáncer que padece la política mexicana, el cual ya ha hecho metástasis y lleva a la crónica de una muerte anunciada del sistema político mexicano y cuyo remedio propuesto por la mayoría de los mexicanos se llama “cambio”; es decir, intentar cualquier cosa diferente a lo que por décadas se ha venido haciendo en materia de política.

Si bien es cierto que a lo largo de más de setenta años, se han creado instituciones que de alguna manera han regido la evolución de la sociedad a lo largo de los años, esto no ha sido suficiente, ya que se sigue aplicando el lema de que “La democracia funciona cuando alguien toma las decisiones”.

No es secreto que 88 familias gobiernan nuestro país y la clase política se convierte en el instrumento para concretar estrategias capitalistas en beneficio de las clases privilegiadas y la pobreza sigue siendo el producto estrella y que con la “implementación de más de 5 mil programas sociales”, justifican el gasto público, sin rendir cuentas claras y transparentes y el impacto en las clases más necesitadas.

Como dato de la deuda pública que tenemos los mexicanos, En el gobierno de Vicente Fox la deuda per cápita de los ciudadanos era de 28 mil pesos, en el régimen de Felipe Calderón fue de 48 mil pesos y a pocos meses de concluir el mandato de Enrique Peña Nieto la deuda pública por ciudadano es de 77 mil pesos; Esto nos hace pensar si la política que se lleva a cabo actualmente es la adecuada y además que tenemos más de 55 millones de pobres.

En este primer semestre de 2018, se están llevando a cabo las campañas políticas en la cual se disputan 3 mil 400 cargos de elección popular; Habrá comicios locales en 30 de las 32 entidades federativas y los mexicanos mayores de 18 años, tendremos que analizar las opciones y en base a ello, elegir a los candidatos que creamos representen la mejor opción ó algunos ciudadanos dicen “elegir la opción menos mala”, lo cual confirma la casi nula credibilidad sobre la clase política.

¿Qué esperamos los ciudadanos de los políticos en nuestro país?

No hay duda de que la democracia en México no ha producido los resultados esperados. No ha creado una mayor igualdad social o económica. Pocas personas creen que su participación en la política es ahora más efectiva que antes, el gobierno electo a menudo no cumple con las demandas de los ciudadanos, y algunas regiones del país están bajo el control de los violentos cárteles de la droga. Estas fallas ciertamente abonan al descontento de los ciudadanos con su democracia.

Pensamiento de Platón P sobre los políticos

Según Platón, el principio democrático es absurdo porque el gobierno lo debe ejercer una persona con el conocimiento de la verdad y el que conoce la verdad es el filósofo.

Para Platón, los políticos atenienses no tienen la más mínima idea del arte de gobernar y pueden ser relevados de sus funciones por cualquiera que crea que para ejercer el gobierno no se necesitan conocimientos especiales.
El filósofo como gobernante es el único que conoce la verdadera ruta a seguir por su pueblo y está en condiciones de superar las dificultades y las crisis porque tiene en sus manos la más alta educación posible para realizar su tarea, inspirado por el modelo ideal del mundo de las Formas.

Un gobernante debe ser una persona preparada y de probada honestidad y vocación de servicio, para poder acceder al mundo inteligible sin dejarse llevar por ningún interés económico que pueda interferir en el camino de la verdad.

El Estado perfecto para Platón es la Aristocracia, pero si las clases altas se corrompen e intentan repartirse los bienes y relegar a su pueblo a la esclavitud, esta Aristocracia se transforma en Timocracia.

La acumulación cada vez mayor de la riqueza convierte a la Timocracia en Oligarquía, dependiendo el poder político de los bienes.

Esta situación de injusticia y descontento obliga a los pobres a organizarse y tomar el poder para establecer una democracia.

Una de las características de la democracia es el deseo de libertad, y debido a la reacción lleva a la tiranía cuando el cabecilla, rodeado de sus secuaces, da un golpe de estado y se convierte en tirano.
El estado tiránico es el más despótico que existe, porque está contaminado por las ambiciones, el revanchismo y las pasiones, transformando al tirano y a su pueblo en los más infelices de los mortales.

La ciencia de gobernar, para Platón, es la más elevada y supera a todas las demás.

La diferencia entre la tiranía y la ciencia de gobernar verdadera es que la primera se basa en la coerción, mientras la segunda consiste en conducir a los ciudadanos que acepten ser guiados en forma voluntaria.

Son pocos los hombres verdaderamente dotados para ejercer el gobierno de un pueblo con la capacidad de cambiar las leyes según las circunstancias, las que serán absolutas y soberanas, que deberán ser cumplidas, condenando a muerte al que las viole.

Por lo tanto, el mejor gobierno para Platón es el que puede ejercer un solo hombre, por eso defiende la monarquía. El segundo en calidad es el gobierno de pocos hombres; y el peor de todos es cuando depende de muchos, o sea, la democracia, en los países que tienen leyes, porque en los que no las tienen el sistema de gobierno democrático es el mejor.

Cuando el poder está en muchas manos no pueden hacer ni un gran bien ni tampoco grandes males.

Con esta visión de Platón, los mexicanos debemos reflexionar respecto a continuar con la timocracia disfrazada de democracia o propiciar un cambio, exigiendo que se modifique la Constitución y las leyes que de ella emanan, poniendo candados que eviten salidas legales que los políticos y funcionarios públicos utilizan para seguir enriqueciéndose y depredando el erario público y continuar burlándose lo los ciudadanos.

Referencias bibliográficas
José Antonio Aguilar Rivera. (2014). Grandes expectativas: la democracia mexicana y sus descontentos. Diciembre 2014, de Revista Mexicana de ciencias políticas y sociales.

La Guía ediciones. (2010). El Político para Platón. Mayo 2010, de La Guía.

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